Mensaje de despedida Pagandul

Hermanos y hermanas Druidas, es vuestro turno de despedida... o mas bien mi turno para despedrime de vosotros.

Voy a ser muy breve porque llevo desde que se inicio la tarde refregandome el picor de los ojos cada vez que escribo o recibo alguna misiva.

Los veteranos ya me conoceis y los nuevos discípulos seguro que leereis mucho sobre mí en los proximos dias. Como le pasa a cualquier guerrero que entrega su espiritu a los dioses os exageraran en las virtudes y os esconderán los defectos. Soy como soy, simplemente amigo de mis amigos y dispuesto siempre a ayudar. La mentalidad joven me trajo a estos lares y la parte adulta me saca de ellos. Es simple.

Da que pensar que lo mas grande que he construido en mi vida es un recinto virtual en el que se han reunido medio centenar de amigos con una manera muy parecida de ser y pensar, pero esa es la grandeza del siglo de Internet.

Me honrais con vuestro aprecio y teneis todo el mío.

Nada mas puedo decir. Os copio mi perfil de estas ultimas lunas. Sois grandes, Druidas. Me voy muy triste pero inmensamente satisfecho de vuestro trabajo. Hasta siempre.

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Desde las aldeas astures cabalgó el viejo guerrero Druida; el gesto tranquilo y pronta la espada. Blasonaba su escudo el Triskel, que refrendaba la memoria de sus antepasados celtas.

Ahora, llegada la hora de devolver mi espíritu a los dioses, elevo un sentido recuerdo a todos los guerreros que me han precedido en el postrero camino y a aquellos que me habeis brindado amistad en el trato y espada para el combate.

Pero nada habría cobrado validez en mi batalladora vida sin la presencia de mis Hermanos y Hermanas Druidas. Por ellos ha merecido la pena el paso por este valle de luces y tinieblas. La Hermandad de los Druidas ha sido aprendiz, madre y maestra para todos, y el nudo invisible que ha conseguido reunir a la mejor escuadra druida de Gobernadores, Pitonisas, Augures, Guardianes y Guerreros que un maestre pudiera desear. Sin duda todos os habeis ganado un eterno lugar en mi recuerdo y un hondo sentimiento en mi corazón.

Que el aliento de Ésus y Odín fortalezca vuestro brazo y la sombra del Roble Sagrado os proteja por siempre a todos.

Velad con valor para ser fuertes y obrad con prudencia para ser respetados. ¡FUIMOS DRUIDAS! ¡¡¡SOIS DRUIDAS!!!